¿La escuela sustituye a la familia?


Nuestra sociedad ha ido convirtiendo a la escuela en la principal responsable de la educación, desarrollo y socialización de los niños y niñas, por encima de las propias familias.

Ver cuál es la realidad de esta problemática, qué factores influyen en los comportamientos violentos y agresivos en esta etapa y el papel que juegan los actores sociales.
Justificar la violencia

Por lo que respecta a los jóvenes, tres de cuatro considera que los comportamientos agresivos o violentos son bastante habituales en la sociedad actual, y que estos suelen producirse los fines de semana y en lugares de ocio y entorno escolar. La misma proporción adjudican a la violencia de género, asegurando que se da más ahora que en el pasado.

Respecto a las causas, un poco mayores  los jóvenes apuntan al consumo de alcohol y/o drogas, así como haber vivido y sufrido comportamientos violentos.


Respecto a la violencia como factor de liderazgo grupal, tanto niños jóvenes, como padres y profesores coinciden en que hoy en día los  quiere ser visto y  respetado como lider de grupo y hacer uso de un comportamiento agresivo o violento para conseguirlo se ve perjudicado a corto y sobre todo a largo plazo. 

Entre los lugares donde más se dan estos comportamientos agresivos , y por orden de relevancia, coinciden en señalar como primero los lugares y espacio de ocio, seguidos del entorno escolar, luego el cercano y on-line, para poner en último puesto el familiar

En lo que coiciden los expertos es en que los niños  no suele hacerse agresivo de repente y son muchas las causas y circunstancias, independiente de los cambios propios de esta etapa siempre compleja, las que se suman en este proceso.

Violencia “on-line”

Respecto a la violencia a través de las nuevas tecnologías, sobre todo el cédular e Internet, destaca el hecho de que tanto los jóvenes como los padres no le den la importancia que si le otorgan en cambio en el ámbito escolar.


Una responsabilidad que es de todos 


Las largas jornadas laborales que impiden conciliar como correspondería trabajo-familia, y por tanto elescaso tiempo que se pasa con los hijos, así como el insuficiente diálogo intrafamiliar, la autoridad que ven mermada los profesores, el uso-abuso de la televisión que no siempre cumple en su parrilla la programación apta para menores en el horario que corresponde, la ausencia en ocasiones de la verdadera función parental, los modelos de éxito rápido y sin esfuerzo que tanto triunfan la visión que a veces transmiten los medios de comunicación, la necesidad de una mayor comunicación entre escuela y familia 

Todo ello y mucho más influye en esta responsabilidad que es de todos, pues de todos depende un reto que no es baladí, nada más y nada menos que educar a la sociedad del futuro.

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