Día del Árbol ; cuida nuestra naturaleza


El último domingo de mayo celebramos en Venezuela el Día Nacional del Árbol.Hay árboles de todos los tamaños, formas y colores, pero con una característica común: purifican el aire que respiramos al producir el oxígeno y fijar el carbono atmosférico. Son un regalo de la naturaleza frente a los crecientes problemas ambientales de nuestro planeta, incluyendo al efecto invernadero.

Los árboles han sido testigos incondicionales de nuestra cultura e historia. Entre ellos, cabe destacar la Ceiba de San Francisco, en medio de la Avenida Universidad, frente a la iglesia del mismo nombre; el Samán de Catuche, cerca del Panteón Nacional, que cobijó a Andrés Bello en sus años estudiantiles; y el famoso Samán de Güere, el más conocido de todos, bajo cuya sombra bailaban nuestros indígenas, clamando por la lluvia en los tiempos de sequía, y que sirvió de inspiración a cientos de hombres y mujeres que han jurado paz y libertad para nuestro pueblo por varias décadas.

El último domingo de mayo se celebra en Venezuela el Día del Árbol
Originalmente, la Fiesta del Árbol se celebraba con carácter de obligatoriedad en todas las escuelas del país, el 23 de mayo, de acuerdo con el decreto de Cipriano Castro, del 10 de abril de 1905. En 1909 se trasladó la fecha al 15 de mayo.

El 29 de mayo de 1948 por decreto se declaró al Araguaney como Árbol Nacional; es por ello que en esa misma fecha se proclamó el Día del Árbol.

El 19 de mayo de 1951, el Ministerio de Educación, por razones prácticas, emitió una resolución en la que dispuso celebrar la Semana del Árbol, tomando como Día del Árbol el último domingo del mes de Mayo.

Himno al Árbol
Coro

Al árbol debemos solícito amor 
jamás olvidemos que es obra de Dios. (Bis) 


El Árbol da sombra, como el cielo fe 
con flores alfombras su sólido pie 
sus ramas frondosas aquí extenderá 
y frutos y rosas a todos dará

II 

Él es tan fecundo rico sin igual 
que sin el mundo sería un erial 
no tendría palacios el hombre ni hogar 
ni aves los espacios ni velas el mar

III 

Ni santuario digno para la oración 
ni el augusto signo de la redención 
no existirían flores ni incendio ni unción 
ni suaves olores que ofrendar a Dios

Letra: Alfredo Pietri 

Música: Miguel Ángel Granado

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