Aquiles Nazoa



Aquiles Nazoa
Con su pluma costumbrista  muestra el fiel retrato del gentilicio venezoalno, con su ejemplo de vida demostró que más que escritor,  periodista, poeta y humorista fue un hombre que jamás renunció a sus ideales y castigo riendo a su detractores
Este caraqueño de origen humilde nació el 17 de mayo del 1920 en la barriada popular del Guarataro, comenzó a trabajar desde los 12 años para ayudar a su familia y continúo su educación de manera autodidacta.
A pesar de haberse enfrentado a temprana edad a las responsabilidades del trabajo, Nazoa no perdió la ternura infinita de la infancia, al contrario la inmortalizó en muchos de sus escritos.
Se desempeño en múltiples oficios: aprendiz de carpintería, bodeguero y botones en un famoso hotel caraqueño. En el año 1935 tiene su primer acercamiento formal con el mundo de las letras, en el diario El Universal, en el que trabaja como empaquetador, marcando lo que sería el inicio del recorrido de su trabajo como periodista en diferentes diarios, como el Últimas Noticias, El Nacional entre otros, además de las revistas Elite y Fantoches.
Para la historiadora Carmen Bohórquez  Aquiles Nazoa, es el amigo que se extraña por siempre, recordando con nostalgia el programa de televisión que hacía Nazoa “Las cosas más sencillas”, nos comenta que era una delicia escucharlo, un ejemplo del intelectual comprometido con el pueblo.
Las cosas más senclillas,  estuvo al aire por Venezolana de Televisión en la década de los 70, época en la que Nazoa preparó los libros “La vida privada de las muñecas de trapo”, “Raúl Santana con un pueblo en el bolsillo” y “Leoncio Martínez, genial e ingenioso”. Por éste período se publico la recopilación de sus trabajos poéticos “Humor y Amor de Aquiles Nazoa“.

Bohórquez, se refiriere a Nazoa como un escritor versátil, al que vuelve en momentos en que quiere encontrarse con la esencia propia del venezolano “Aquiles es una fuente inagotable de la venezolanidad, de patriotismo, de alegría, de optimismo, que se eternizó en la memoria del pueblo”.
La versatilidad de Nazoa de la que habla Bohórquez se ve reflejada en sus múltiples trabajos literarios, que no se detuvieron en la poseía, sino que exploraron otros géneros, para contar la realidad latinoamericana y es así como nos encontramos con sus ensayo “Cuba, de Martí a Fidel Castro”, “Caracas, física y espiritual” con el que ganó en 1967 el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal.
Bohórquez señala, que no deja de ser interesente preguntarse qué escribiría Aquiles, de estar vivo, porque él era un poeta de la vida diaria, no se le pasaba nada por alto, tenía miles de antenas desplegadas, llevándole el pulso a la vida de la nación, desde todas las perspectivas.
Por su parte el escritor Luís Britto García define a Aquiles Nazoa como uno de los más grandes poetas de la lengua castellana. Britto compartió con Nazoa los trabajos periodísticos de humor: Coromotico, el Vampiro, El Sádico ilustrado. Armas con las que hacían oposición a la cuarta República.
Britto afirma que Aquiles Nazoa fue un revolucionario, con ideas marxista desde la juventud que mantuvo a lo largo de su vida, fue exiliado por la dictadura de Pérez Jiménez, fue exiliado internamente por la sociedad venezolana capitalista, que no le concedió ningún sitio en ningún lugar y al mismo tiempo Aquiles fue objeto de la veneración popular, mientras los poderes de Venezuela lo ignoraban y la critica literaria culta hacía como si no existía, el pueblo lo reconocía en la calle.

Evocando con tristeza las injusticias a las que fue sometido Nazoa, Brito se refirió al cierre de la proyección del grupo actoral “Teatro para leer” de Aquiles, por una critica de la Iglesia católica, de igual forma recordó con pena, el hecho de que no exista registro físico del programa televisivo Las cosas mas sencillas, “a veces uno reciente mucho de como se comporta la sociedad venezolana con sus creadores, el caso de Aquiles es una demostración de lo que no debe hacer la sociedad con sus creadores”.
Nazoa le tenía un particular odio a los automóviles, así lo recuerda Britto García, agregando que lo llamaba sarcásticamente su majestad el automóvil, porque el venezolano trataba al carro como una divinidad, de una manera irónica “fue víctima de su propio enemigo”, cuando el 25 de abril de 1976 murió a causa de un accidente de tránsito, convirtiendo en certeza el adagio que reza que “lo terrible de la muerte es que lo convierte todo en destino…”
Frente a la pregunta de que lado estaría Nazoa en el proceso histórico revolucionario que vive nuestro país, Britto García nos dice “Aquiles siempre estaría del lado del pueblo, de lo vejados de los olvidados de los despreciados, tendríamos un Aquiles eminentemente popular y desde luego más genial”.


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