La semana santa no tiene fecha fija, ya que depende del calendario católico y del inicio de la cuaresma (cuarenta días antes de la preparación de la Pascua). Comienza este periodo el miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. Este día recuerda la última cena que Jesús compartió con sus doce discípulos.
El viernes santo rememora el recorrido que siguió Jesús cuando cargó la cruz hasta llegar al Monte donde fue crucificado. Durante esta jornada, muchas iglesias católicas recorren el Vía Crucis (para ello se representan catorce pasajes o estaciones de las distintas etapas de la pasión de Cristo).
El sábado santo (o sábado de Gloria) se lleva a cabo la quema de los “Judas” (figuras de demonios o de personas consideradas traidoras); esto representa el coraje de los cristianos hacia quien traicionó a Jesús.
La semana santa termina con el domingo de Pascua, día que se conmemora la resurrección de Jesucristo y su entrada a los cielos para estar junto a su Padre. Se festeja regalando huevos de chocolate decorados, ya que los huevos son un símbolo de vida: debido a que la resurrección representa la vida eterna.
Durante la semana santa se llevan a cabo todo tipo de manifestaciones religiosas, aunque sobresalen las procesiones y las representaciones de la Pasión. A través de ritos, tradiciones y distintas actividades, lo pueblos católicos festejan los últimos días de Jesús.
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