En tiempos de crisis energéticas no nos viene nada mal -ni al planeta, ni a los consumidores, ni al bolsillo- realizar una serie de actos enfocados al ahorro energético. Es bien usual en nuestras sociedades la imagen de , bombillas o televisores encendidos en habitaciones vacías, mientras la amenaza de los apagones está siempre al alcance de los usuarios de consumo eléctrico. Si bien muchos de estos consejos nos servirán también para practicar en las escuelas y en nuestros trabajos.
- Apagar las luces encendidas al salir de una habitación, y apagar las luces en habitaciones desocupadas. Sea en la casa o en el trabajo, tener luces encendidas innecesariamente aumentan mucho el consumo general.
- Reemplazar las bombillas incandescentes por fluorescentes o de bajo consumo.
- Dormir o hibernar el computador (ordenador). En este modo, el computador consume menos energía, no está apagado y vuelve a ponerse activo sin reiniciar el sistema. También se puede programar el computador para que después de un tiempo sin uso (media hora, por ejemplo), se duerma de manera automática.
- Usar eficientemente los electrodomésticos: poner la temperatura del refrigerador (nevera) entre 3º a 5º grados celsius, y el congelador entre -17º y -15º grados celsius. Sobre todo, asegurarse que las puertas cierran herméticamente para evitar el calentamiento. Para chequear el estado de las puertas, poner un papel entre ellas y tirar de él. Si el papel sale fácilmente, debemos pensar en resellar las puertas.
- No precalentar o abrir las puertas del horno más de lo necesario.
- El aire acondicionado: tratar de no usarlo todo el día sino es requerido
- Desconectar los aparatos que no se utilizan frecuentemente, y apagar completamente los televisores o equipos de audio cuando no se están utilizando. Dejarlos en modo sleep puede gastar el equivalente a una ampolleta o bombillas de 75 watios encendida continuamente. Asimismo, encender impresoras sólo cuando el documento a imprimir está a punto.
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