Inicio de un proceso revolucionario
que, luego de cruentas luchas y sangrientas batallas, logró que nuestro país
fuera declarado independiente de la Corona Española el 5 de Julio de 1811.
Este 19 de Abril se cumplen la instalación del primer Gobierno Autónomo en Venezuela. Este hecho
constituyó uno de los actos independentistas más emblemáticos del momento, pues
se abría la brecha por la que todo un continente dominado por una monarquía
absolutista, iniciaría su recorrido hacia repúblicas con identidad propia.
De voz de la profesora e
historiadora Carmen Bohórquez, haremos un recorrido por los elementos más
representativos que llevaron a los criollos de la época a rechazar un sistema
que los excluía y trataba como seres inferiores, para iniciar el camino que los
llevaría a conformarse en una Nación soberana.
¿Por qué fue tan importante la
instalación de este Primer Gobierno Autónomo para la Independencia?
Porque durante tres siglos todo el
poder que se ejercía en la Colonia se decidía desde la corona española.
Por esta razón, ya el solo hecho de
que estos criollos de Caracas decidieran cortar los lazos políticos que los
unían a España, deponer al Capitán General y Gobernador, Vicente Emparan, quien
era el representante de la Monarquía y comenzar a tomar decisiones que, por
primera vez, no tenían que consultar con la corona, significaba un gran paso de
avance respecto a lo que había antes.
¿Y qué era lo que había antes?: La
colonia de 1810
Una sociedad dividida en
compartimientos estancos, en castas, grupos muy rígidos estructurados
piramidalmente. Todos los privilegios los disfrutaba la élite blanca en primer
lugar, la peninsular, que eran todos los que venían de España como funcionarios
reales, quienes no solamente tenían la máxima autoridad política, sino que
también concentraban todos los privilegios.
Asimismo, la élite blanca criolla,
que en su mayoría eran descendientes de esos primeros conquistadores y
colonizadores, pero nacidos en América y también concentraban el poder. Los
blancos criollos eran los dueños de las haciendas de cacao, tenían esclavos,
etc. Luego, el resto de la sociedad de acuerdo al color de su piel.
Esta sociedad colonial se regía por
la siguiente estructura:
En primer lugar, la pureza de
sangre. Había que demostrar que no se tenía sangre negra, ni india, ni mora, ni
judía. Se mezclaba la parte racial con la religiosa. Debía demostrarse que se
era blanco y católico puro.
En segundo lugar, la nobleza de
origen. Debía probarse, además, que no se dedicaban a oficios bajos y serviles,
es decir oficios manuales. Sino que vivían de las rentas, tenían tierras,
sirvientes y cómo mantenerlos.
También había los que denominaron
blancos de orilla. Eran blancos llegados de la península, pero que no tenían
medios ni fortunas, y eran despreciados.
En tercer lugar, había que demostrar
la fidelidad al rey. Debía probarse que se era súbdito, y que ni siquiera en
pensamiento se atrevía a cuestionar la autoridad o el origen divino del rey.
El Rey y Dios: la Patria
El imperio español estableció sus
mecanismos de colonización muy ligados a los mecanismos religiosos, los cuales
dieron legitimidad ideológica a esa colonización, estableciendo una igualdad
que era casi un dogma: “cuestionar al rey era cuestionar a Dios y donde estaba
el rey y Dios, estaba la patria”.
Irrespetar este dogma era causal de
muerte, se hacía un juicio y si se encontraba culpable se castigaba con la
muerte.
El acceso al control tanto del poder
económico como del poder político estaba concentrado en la élite blanca, con
algunos pardos en los que predominaba la blancura. También se incluían en este
estamento quienes se ordenaban religiosamente u optaban por la carrera militar.
Teníamos una sociedad colonial que
durante 300 años se construyó sobre la aniquilación de las culturas indígenas y
sobre el genocidio de los habitantes originarios de estas tierras.
A partir de esos primeros años de
violencia comienza, por la fuerza, un obligado mestizaje que inició siendo biológico
y que después se hizo cultural.
La Batalla de ideas
A finales del siglo XVIII, tenemos
una sociedad colonial firmemente constituida, donde negros e indígenas son los
más excluidos, oprimidos y relegados, y es cuando comienzan a verse rebeliones,
movimientos, etc. Comienza a cambiar la mentalidad de los propios americanos,
quienes ya buscan diferenciarse de los españoles y tienen conciencia de su
raza.
Esa segunda mitad del siglo XVIII,
coincidió también con el momento en el que empiezan a surgir nuevas tesis y
teorías políticas que cuestionan la monarquía absoluta.
Asimismo, ya existían en América
movimientos políticos y emancipadores con propósitos revolucionarios,
radicales, etc. En Venezuela, Gual y España, por ejemplo, de tal manera que
cuando se llega al 19 de Abril, todas esas ideas están en circulación.
Ya EEUU, en 1776, se había declarado
independiente de Inglaterra. En 1804 lo hace Haití.
Hay una serie de acontecimientos en
el mundo que indicaban que se estaba en el umbral de un cambio de época; que se
estaba pasando de una época monárquica, absolutista a una época moderna,
republicana, a una época diferente.
Y América estaba dispuesta a pasar
ese umbral. La abdicación del rey de España en manos de Napoleón de Francia,
precipita y facilita los acontecimientos, pues España está atrapada y no tiene
como mandar fuerzas a recuperar nada y eso permite que las cosas puedan ir más
rápido.
Muy afortunados
Afortunadamente en Venezuela, la
naturaleza nos dio el privilegio de tener hombres como Miranda, Bolívar, José
Félix Ribas, Sucre quienes tenían una claridad conceptual única, un sentido
profundo de la dignidad, una conciencia radical de su americanidad y rechazaban
toda forma de sujeción, entregando su vida por eso.
Había toda una corriente
revolucionaria que aprovecha la instalación de ese Primer Gobierno para hacer
que los conservadores, que también estaban en esa junta de gobierno, los
siguieran. Se incorpora José Félix Ribas como representante de los pardos, los
acompaña Bolívar con la Sociedad Patriótica; Miranda regresa y después va a
hacerse miembro del Congreso Constituyente, lo que provoca que esa corriente
revolucionaria crezca y tome cada vez, mayor fuerza.
Estos revolucionarios van a obligar
a que ese Congreso Constituyente declare la Independencia el 5 de Julio de
1811. De ahí para adelante son las guerras, hasta la de Ayacucho, cuando salen
ya los últimos ejércitos españoles.
Todos estos hechos suman importancia
al 19 de Abril de 1810, pues es cuando se abre la puerta que permitió una
irrupción abierta a la idea de independencia y aunque, después todo lo que se
construyó, fue a riesgo de la propia vida, se hacía en igualdad, confesando
abiertamente los ideales, defendiéndolos y muriendo por ellos.
De las constituidas en América, la
Junta de Gobierno de Caracas, fue la única que logró mantenerse hasta la
declaración de Independencia. Por eso los venezolanos somos los únicos que
celebramos seguidos en 1810 y 1811.
Una vez instalada, la Junta convoca
inmediatamente un Congreso Constituyente, llamó a las otras provincias a
sumarse y ya el 27 de abril, Cumaná y Barcelona lo hacen, constituyendo su
propia Junta de Gobierno.
Y aunque no había nación para ese
momento, a partir de ahí comienza a pensarse en ello, no sólo en nación dentro
de los límites de la Capitanía General de Venezuela, sino nación en el sentido
Mirandino de una gran nación continental, tal como hoy lo impulsa nuestro
Comandante, Hugo Chávez Frías.
Fuente:
Chavez.org
Periodico Patria Grande
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