Canaima GNU/Linux es el sistema operativo que el Estado
venezolano, por decreto presidencial, debe usar en sus computadores y
plataformas tecnológicas, en sustitución de productos comerciales de código
cerrado, como el problemático e inseguro Microsoft Windows. Canaima se usa en
1,8 millones de Canaimitas y en miles de computadores de la Administración
Pública.
Recientemente, tras las protestas de
las comunidades de software libre por la compra, por parte de VIT y Cantv, de
205 mil licencias de Windows para revenderlas en el programa Internet Equipado,
el ministro Jorge Arreaza convocó a mesas de trabajo entre voceros de las
comunidades y trabajadores de Cantv, a las cuales también se incorporó el
equipo de VIT y del proyecto Canaima del CNTI, con el fin de lograr que este
hecho lamentable, que implicó el pago de Venezuela a Microsoft de unos 12
millones de dólares, jamás se repita.
Muchos aprendimos computación usando
Windows. Pero tras esta tecnología supuestamente neutra se esconde una empresa
que usa su gigantesco poder económico y político para imponer leyes que violan
los derechos de nuestros pueblos, privatizar el conocimiento y la cultura,
explotar a trabajadores y amparar tecnologías que han ayudado a espiar y
sabotear a países aliados. Sería estúpido que nos convirtamos en sus
revendedores, y que enseñemos a nuestros hijos a admirar a nuestros enemigos.
PROPUESTAS Y SOLUCIONES
Se han realizado diferentes
reuniones con el Gobierno, y tanto Cantv como VIT están dispuestas a que sus
equipos vengan únicamente con Canaima el año que viene (quien quiera ponerle
Windows lo puede comprar por su cuenta).
Pero hay un problema: los
computadores VIT vienen equipados con tecnología de punta, y el sistema
operativo Canaima debe ser probado y adaptado a los últimos modelos de
procesadores, cámaras web, wifi y similares que vienen en estos equipos.
Canaima tiene además miles de
aplicaciones y hay que incluirle software y contenido hechos en Venezuela. ¡Es
un trabajo enorme! Pero el equipo Canaima cuenta sólo con cinco desarrolladores
y una encargada de soporte, algo muy preocupante pues Canaima es vital para 2
millones de niños y miles de empleados públicos. Ello se debe a la figura
administrativa con la cual nació el proyecto, que hace tiempo se quedó corto.
Sabemos que el ministro y su equipo
conocen el problema y proponen la creación de la Corporación de Software Libre,
que surgirá en uno o dos años como solución definitiva, pero creemos que no se
puede esperar tanto. Las vocerías trabajan en propuestas, y algunas de ellas
(la ¡urgente! ampliación del equipo Canaima) sólo las puede aprobar el alto
Gobierno.
Confiamos enormemente en Arreaza y
su equipo, pero hay que comprender que, para nuestro pueblo, es difícil
entender que se paguen $12 millones anuales a Microsoft mientras se exige a
Canaima, con sólo cinco desarrolladores, ser mejor que Windows 8. ¡Sabemos que
lidiar con el burocratismo no es fácil, y estamos a la orden para colaborar!
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