Una polémica se despertó la
semana pasada en torno a que, presuntamente, la nueva versión de Microsoft
Windows (la versión 8) no permitirá que se instalen otros sistemas operativos,
como GNU/Linux, en sus computadores.
Hablemos esto en lenguaje
sencillo: supongamos que usted tiene su computador
con Windows. Pero entonces, algún amigo o amiga suyo le ofrece instalarle
alguna versión de Linux: ya sea Debian, Canaima,
Ubuntu o cualquier otra. Usted inicialmente tiene un temor justificado a que le
eliminen Windows de su computador, por lo que su amigo le ofrece instalarle
Linux sin eliminarle Windows. Es una forma válida de tener un primer contacto
con Linux, sin perder aquello a lo que está acostumbrado.
Para ello, su amigo reparticiona
el disco duro, le instala Linux, y, cada vez que usted prenda su computador, le
aparecerá un menú que le preguntará si usted quiere iniciar con Windows o con
Linux. Hasta allí, todo excelente. Muchas personas terminan enamoradas de
Linux, y dejan Windows únicamente para los juegos. O simplemente se olvidan de
él.
Menú de arranque colocado en
un computador tras instalar Linux, que le pregunta si desea iniciar con
OpenSuse, Ubuntu o Windows. La foto de la derecha corresponde a cuando Bill Gates fue preso en 1977 por ir a
exceso de velocidad en Albuquerque
|
Menú de arranque en Ubuntu al encender el computador, preguntándole con cual sistema desea iniciar: Ubuntu, Debian, openSuse o Windows.
|
Sin embargo, Windows 8 obligará a los fabricantes a usar un sistema
llamado "Unified Extensible Firmware Interface" (UEFI), que
reemplazará al obsoleto BIOS que han usado las computadoras desde los años 80.
Dicho sistema UEFI ofrece una característica nueva, llamada "Secure
Boot", y si el fabricante decide activarla, imposibilitará que ningún
programa pueda modificar el ambiente de arranque del equipo. Si bien esto fue
diseñado para evitar que se instalen virus o "rootkits", la
consecuencia más desagradable es que dificultará
o imposibilitará la instalación de otros sistemas operativos, incluyendo los
que usan software libre.
Ocurrirá entonces algo parecido a lo que pasa hoy con los teléfonos
celulares inteligentes:determinadas
marcas no permiten que usted instale una nueva versión de Android sus equipos,
o colocan serias restricciones. Sony Ericcson es una de esas
marcas, que coloca un bootloader que en principio no permite
actualizar o cambiar el sistema operativo. La gente se quejó y Sony
finalmente habilitó una página web que proporciona los códigos
necesarios para actualizar el sistema. Pero advierte que el hacerlo podría anular la
garantía. ¿Se arriesgaría el propietario de un costoso tablet o
computador con Windows 8 a instalarle Linux, sabiendo que eso anulará la
garantía de su equipo?
También nos viene a la mente el caso del PlayStation 3, en el cual
también era factible instalar Linux, pero Sony un buen día decidió eliminar esa posibilidad.
Información:
No hay comentarios:
Publicar un comentario