Aprender-jugando ahora es posible en las escuelas venezolanas debido a la dotación de computadores portátiles, con los cuales el Plan Canaima incorpora métodos didácticos interactivos al proceso de enseñanza-aprendizaje.Así lo manifestaron padres, representantes y docentes de la Escuela Bolivariana Juan Fernández de León, recinto que se ubica en Guanare, estado Portuguesa, y cuenta con 360 equipos de computación para atender a igual número de estudiantes de primer grado.
“Los niños trabajan en los equipos como peces en el agua y el rendimiento escolar de cada uno de ello es mucho mayor”, indicó María José Soto, docente de primer grado en el referido plantel.
Destacó que los contenidos programáticos de las canaimitas se adaptan plenamente a los proyectos de aprendizaje y constan de ejercicios didácticos que promueven la interacción del estudiante con el docente y con el propio proyecto de estudio.
“Son un recurso pedagógico extraordinario y nuestra mayor satisfacción es ver que los alumnos se apropian fácilmente del conocimiento y también lo generan con una agilidad impresionante”, aseveró.
Soto explicó que con las canaimitas "el alumno interactúa de manera permanente” con los contenidos, mediante ejercicios didácticos de completación, de selección, de identificación y de comparación en áreas como matemática, lengua, ciencias naturales y sociales.
“Esto facilita la escritura, la lectura y la asociación cognitiva y todo se complementa con clases teóricas que refuerzan la formación de los niños”, acotó.
Canaima va a la Casa
Carolina Álvarez, representante de una niña que este año inicia estudios de segundo grado, manifestó que desde el momento en que comenzaron a trabajar con las canaimas, su hija cambió: “Dejó de ser tan distraída y esperaba ansiosa los lunes y miércoles para jugar y aprender en la laptop”.
Dijo estar segura de que este año el entusiasmo de su pequeña por las actividades académicas será mucho mayor, pues no deberá esperar ir a la escuela para utilizar la portátil, sino que “le darán una para la casa y allá estudiaremos juntas”.
Álvarez confesó que cuando escuchó hablar del Plan Canaima pensó que sólo se trataría de una oferta y dudó de su real implementación: “Me equivoqué y hoy soy una acérrima admiradora y defensora del proyecto”.
Sofía, hija de la señora Carolina, está feliz por el regreso a clases. Dijo extrañar mucho a su maestra de primer grado, pero hay dos cosas que la mantienen con grandes expectativas: la canaimita que podrá llevarse a la casa y los libros que recibió el primer día de clases.
“Mis amigas y yo sabemos que este año será más difícil, pero estamos muy contentas porque Chávez nos regaló libros, cuadernos y también nos dará una computadora para jugar y aprender más”, comentó.
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