Uno de los sentimientos más nobles y pilares fundamentales de la vida de las personas, también encuentra su lugar entre las páginas de La Rebelión, en el pensamiento de Ayn Rand.
John Galt (uno de los personajes principales del libro), en su discurso central, hace referencia al amor, ilumina con sus palabras una visión particular sobre el mismo y nos permite pensarlo desde otra perspectiva.


El amor es la expresión de los propios valores, la mayor recompensa que podemos ganar por las cualidades morales que hemos cultivado

Tu moral te exige que divorcies el amor de los valores y que se lo des a cualquier vagabundo, no como contrapartida de su valor, sino como contrapartida de su necesidad; no como recompensa, sino como limosna; no como pago por sus virtudes, sino como un cheque en blanco para sus vicios.
Amar a alguien por sus virtudes es mezquino y humano, te dicen; amarlo por sus errores es divino. Amar a quienes lo merecen es egoísta; amar a quienes no lo merecen es sacrificio. Les debes tu amor a aquellos que no lo merecen, y cuanto menos lo merecen, más amor les debes; cuanto más despreciable es el objeto, más noble es tu amor

“si puedes hacer de tu alma un depósito de basura que acoja cualquier cosa por igual, si puedes dejar de estimar los valores morales, entonces habrás alcanzado el estado de perfección moral

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